Quizá sea conveniente tomarse en serio la posible superación filosófica del tema de la significación. Quizá ya se han escrito demasiadas palabras sobre las palabras y sus significados, sobre las palabras y su relación con las cosas, sobre las palabras y su relación con el pensamiento de las cosas. El tema de la SIGNIFICACIÓN, sin embargo, particularmente en lo que se refiere a la compleja REFERENCIALIDAD de nuestro pensamiento más sencillo, no es ni nunca ha sido una cuestión de palabras sino de IMÁGENES e IMAGINACIONES. Especialmente cuando ambas nos abren diversos horizontes posibles para comprender la naturaleza y mecanismos de la significación ligada al cuerpo y sus acontecimientos, a sus sensaciones, a sus afectos, a todas sus formas materiales significativas, permitiéndonos CONSTRUIR y COMPRENDER todo tipo de experiencias, modos de conciencia, formas de pensamiento discursivo y no-discursivo.