Uno de los principales esfuerzos teóricos de Enrique Semo por ofrecer una definición y desarrollo del concepto de raza se encuentra en el apartado «Raza, comunidad, corporación y clase» de su libro México:del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución.En este apartado se centrará la atención de ahora en adelante y todas las citas o referencias se harán a él. Es importante notar que en el título mismo se anuncia que no se trata de analizar el concepto de raza de manera aislada sino junto a los de comunidad,corporación y clase. Se puede decir que el objetivo de este apartado es mostrar la manera en que estas categorías pueden ayudar a comprender el Antiguo Régimen colonial novohispano, es decir, la formación económico-político-social de la Nueva España. El hecho de que se contemplen los conceptos de raza, comunidad y corporación además del de clase con el propósito mencionado puede llamar la atención si se considera que estamos ante la propuesta teórica de un pensador marxista formado en los años sesentas del siglo pasado. Si se acepta la idea de que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases ¿por qué hablar entonces de comunidades, corporaciones y razas? Semo mismo ofrece una respuesta a esta cuestión en la primera parte del texto, dedicada a la distinción entre clase, comunidad y sociedad. Allí severa primero que el concepto de clase puede usarse en distintos sentidos. Así,para subrayar la continuidad de la historia humana, afirma,
«[…]se puede decir que una vez disuelta la comunidad primitiva, todas las sociedades han sido de clase y por lo tanto tienen una clase predominante y una dominada, una explotadora y una explotada»(p. 297)
Además,afirma que entre estas clases antagónicas existe una lucha constante que influye de manera decisiva en los procesos de cambio. Pero inmediatamente matiza:
«Esto es válido aun alto nivel de abstracción,para todas las formaciones socio-económicas» (p. 297, el énfasis es mío)
Si se intenta analizar la sociedad novohispana, desde la perspectiva de este nivel de abstracción, se puede afirmar que existían en el una clase dominante y una dominada; la primera constituida por la alta burocracia, la alta jerarquía eclesiástica, los grandes comerciantes ultramarinos, los dueños de minas y los hacendados; la segunda conformada por campesinos, oficiales de los gremios,operarios de los obrajes, esclavos y sirvientes. Pero en un nivel de abstracción menor, asevera Semo, encontramos que en la formación socioeconómica de la Nueva España se encuentran presentes tres modos de producción distintos que se entrelazan unos con otros, cada uno con sus relaciones propias: el modo de producción feudal, el modo de producción tributario y el capitalismo embrionario. Y cuando nos encontramos «en un nivel más cercano a la realidad»,hallamos luchas entre etnias conquistadas y conquistadores, además de una estratificación social compleja condicionada por diversos factores: el estatus social está fijado desde el nacimiento para la inmensa mayoría de la población y la movilidad es sumamente restringida y desalentada; los privilegios y coacción extra-económicos frenan o impiden el dominio de la economía sobre las demás relaciones sociales; los intereses económicos se encuentran mediados por intereses de estatus, comunitarios u otros. Por todo ello
«la categoría de clase no es suficiente para comprender la estructura económico social [de la sociedad novohispana] ni los conflictos que la enmarcan, de ahí que recurriremos también a los conceptos de raza,corporacióny comunidad«.(p. 298)
La primera distinción que se hace en el texto después del reconocimiento de la insuficiencia de la categoría de clase para el análisis de la sociedad novohispana, será la de comunidad y sociedad. Ésta es retomada por Semo del trabajo de Ferdinand Tönies. Según ella, la comunidad (Gemeinschaft)es una asociación en que los individuos se orientan a la comunidad tanto o más que a sus propios intereses. Quienes pertenecen a ella se regulan por reglas o creencias comunes sobre el comportamiento apropiado y sobre la responsabilidad de los miembros con cada uno delos demás, a nivel personal, y con la comunidad en su conjunto; lo cual se marca como una unidad de voluntad. Las comunidades se caracterizan por una división moderada del trabajo, relaciones personales fuertes, familias unidas e instituciones relativamente simples. Debido a la existencia de un sentimiento colectivo de lealtad a la comunidad, rara vez se necesita reforzar el control social de manera externa. Por su lado, las Geselchaft(sociedad,sociedad civil o asociación) son asociaciones en las cuales la asociación nunca tiene más importancia que el interés propio para los individuos y carece de las reglas o creencias comunes de la comunidad. Se mantienen a través de individuos que actúan por interés propio. En ellas se enfatizan más las relaciones secundarias que los lazos comunes o familiares y hay menos lealtad al conjunto. La cohesión social de estas asociaciones deriva de una división del trabajo más elaborada. Estas organizaciones son más susceptibles de conflictos clasistas, raciales y étnicos. Una vez expuesta la distinción, Semo afirma, para marcar la utilidad de la misma en el análisis de la sociedad novohispana:
Adoptando esta nomenclatura podemos decir que en la Nueva España generalmente el individuo no tiene una relación directa con la sociedad, sino a través de la comunidad a la cual pertenece (p. 299)
Son parte de la ciudad, por ejemplo, a través de la cofradía, del gremio artesanal o del barrio indígena; los derechos que tienen al interior de la ciudad son distintos por pertenecer a un gremio que a otro, y los derechos que tienen en el gremio son diferentes a los que tienen en la ciudad. En Nueva España, dice Semo, es muy fuerte la pertenencia a comunidades, a diferencia de la relación social surgida de la unión impersonal, basada en el mercado, la competencia, el contrato entre individuos anónimos y la legislación política del Estado. Y esto le sirve a nuestro autor, además, para poner sobre la mesa la oposición entre la ciudad y el pueblo, la aldea, el barrio y la etnia, pues estos últimos tienen mucho de comunidad mientras que la ciudad, cuanto más grande, es un centro dela sociedad, en qu e una clase dominante impone sus modos de vida y pensar como ideal para todos. En lo que respecta al concepto de raza,Semo afirma que no existe una definición universalmente aceptada, el biólogo o el antropólogo físico pueden tener problemas para aceptar el concepto, pero
«[…]para quien se interesa en la dimensión social de los fenómenos,raza es cualquier grupo de personas que generalmente es definido por la sociedad como tal«(p. 300)
La definición es amplia incluso puede parecer vacua, pero tiene la ventaja de evitar comprometerse con una manera particular de definirlas razas humanas y la manera en que se debe investigar el fenómeno del racismo en las diferentes sociedades humanas. Bajo la perspectiva planteada por Semo en este momento, si se desea saber cómo se configuraba racialmente una sociedad concreta lo que se debe hacer es analizar qué grupos humanos eran considerados como razas en esa sociedad y de acuerdo con qué criterios. Pero justo después de esto, Semo añade algunas ideas en que parece minar estas posibilidades y comprometerse con una manera particular de definirlas razas humanas:
«Podemos considerar una relación de razas como la conducta que se desarrolla en una sociedad que es consciente de las diferencias físicas que separan a sus diversos componentes. Si la conducta entre los sectores de la sociedad es determinada por la actitud de cada uno de ellos respecto a diferencias físicas reales o supuestas, esa conducta puede ser llamada una relación social de razas«(p. 300)
¿Qué sucede entonces? ¿Estamos o no ante una perspectiva amplia de cómo se puede considerar al interior de las sociedades que se constituyen las razas humanas? ¿Se aceptará solamente que las razas se constituyen y distinguen de acuerdo con diferencias físicas? ¿O será que Semo sostiene que de todas las formas posibles en que se puede considerar que las razas se distinguen es esa la que tuvo lugar en Nueva España?. Para poder responder estas preguntas hay que analizar la manera en que Semo afirma que se racionalizaron las divisiones raciales en la Nueva España.
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