Mostros camaleones

Dado que los cholos ejercen sus diversos modos de ser cholos con toda potencia, logran desvincularse parcialmente de esa marca, lo cual los convierte en sujetos más temibles, más agresivos, más aterrorizantes, más monstruosos. ¿Cómo es posible que los cholos se desvinculen del estigma? Gracias al ejercicio camaleónico, es decir, los cholos son sujetos que tienen la capacidad de mimetizarse con el entorno. Me refiero a que el cholo, con mucha facilidad, logra insertarse (y ser un miembro activo) en el tejido social que antes lo había estigmatizado: me parece muy clara la situación, pues el cholo sin mayor conflicto logra ejercerse como trabajador, como delincuente, como estudiante, como padre de familia, como sujeto moral dispuesto a realizar transformaciones significativas en el entorno plagado de hostilidad (y de ahí, es de donde nace el carnalismo como un mecanismo de defensa -en un primer momento- ante estas vicisitudes). Claro: en primera instancia, se le asume como un sujeto desconocido, pero paulatinamente se le da otro lugar en la clasificación social, esto significa que

Otra de las percepciones generalizadas es la de considerar al pandillero como a una persona incapaz de desarrollar cualquier otra actividad que no tenga que ver con la delincuencia […]. llegar a comprender la figura del pandillero como la de un individuo que, efectivamente es susceptible de presentar una vertiente comportamental delictiva, pero que también es padre, madre, vecino, trabajador, amigo, etc.[1]:

¡Vaya que son socialmente peligrosos! ¡vaya que son más que simios encerrados en una jaula para evitar que contagien de pulgas a los otros animales!  De ahí que tengan la necesidad de ser más cholos que otros cholos, pues es de suma importancia hacerse notar como una figura atemorizante para poder configurar otro tipo de relación política que desemboque en el terror de cholos y no cholos, que desemboque en el respeto de cualquier sujeto a pesar de los estigmas y las segregaciones sociales. Se busca ser más cholo que otros cholos para amedrentar a pandillas rivales, pero también para asestar un golpe al estigma impuesto por los hombres cuya voz sutil dice que los cholos son delincuentes -a priori- sin considerar los factores sociales que los han orillado a serlo, a aparentarlo o a rechazarlo.


[1] Cano, Francisca, La <<vida loca>>. Pandillas juveniles en El Salvador, pp. 19-20

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