Estilita

Aballay recobra la conciencia mientras pasa cerca de él una peregrinación de católicos devotos dirigidos por un cura, alcanza a oír el discurso del mismo a la distancia. Aballay está cerca de un río del paisaje tucumano, se disponía a tomar agua del mismo antes de ser asaltado por sus propios compañeros. Quizá aquello fue el gesto de un cuerpo sediento en busca de la redención de un bautismo interior, capaz de apagar el fuego de la noche y su amenazante opacidad, manifiesta en el nublamiento mismo de la vista fatigada por la luz del sol. Febo ojo de Dios, motivo también presente en el filme, al igual que Febo es mencionado en la antes referida Marcha de San Lorenzo.
Aballay conoce al sacerdote de la procesión. Este último le habla de los Anacoretas Estilitas. El cura hace referencia a los más importantes practicantes de dicha tradición, Simón el Mayor y Simón el Menor. Ambos dedicaron su vida a venerar a Dios en la cima de una torre ya que en la tierra habían pecado. Pretendían acercarse a Dios con dicho gesto, decidieron pasar el resto de sus vidas en la cima de una torre alimentándose de lo que fuera, insectos, roedores y la hierba que encontraran. Según el relato del cura, Simón el mayor pasó 37 años en la torre. Simón el menor estuvo en una durante setenta años.
Aballay, ante la vida que ha llevado y sorprendido por dicho relato y la promesa de purificarse de sus males cometidos, sus consecuencias y la adversidad en sí mismo que estos han generado, opta por subir a su caballo para ya nunca bajar del mismo, con la convicción de jamás volver a hacer daño, para así purificarse de los actos cometidos y de sus consecuencias en sí mismo. La búsqueda de la redención de sus pecados, como veremos más adelante, se robustecerá al grado de ampliarse y convertirse en una vocación de servicio, la voluntad de ayudar a aquellos que lo necesiten. Dicho carácter conducirá a Aballay, finalmente, a su destino. El efecto de ello será un culto popular a la figura de “el pobre”, “el santo”, epítetos designados por una población agradecida por dicho servicio ante la agreste adversidad manifiesta en múltiples formas, incluyendo la implicada en los efectos de la crueldad del actual gobernador de la región. Un ser dedicado a la curación y atención de los enfermos y desvalidos que será representado en las pequeñas esculturas rústicas de un hombre barbado con sombrero, pelo largo y siempre montando su caballo.

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