Aventura

Ramiro insiste en estar más cerca de Karen de lo que ella, aparentemente, quiere. Va a verla nuevamente a su puesto. Cuando le da el pago por tres baleadas, sujeta la mano de Karen al recibir ésta los billetes. Ramiro insiste en que salga con ella, sólo quiere ser su amigo, según él. Karen sigue siendo firme, “Si mi marido me deja”, le dice a Ramiro. Parece que este último no soltará su mano hasta recibir una respuesta afirmativa de parte de Karen. Sin embargo, esta logra zafarse y, a pesar de ello, se muestra inusitadamente flexible con Ramiro. “Si me lo encuentro en el camino me voy con usted, si no, me voy sola.” Ella sabe que no es nada improbable el encontrarlo, sobre todo, porque él sigue buscándola y ella lo sabe.

            Después de que se va Ramiro, se acerca una camioneta al puesto de Karen. Le pide el conductor seis baleadas. La camioneta tiene en la parte inferior del parabrisas la calcomanía que ya había visto, “No se divorcie”. El conductor se da cuenta de ello y le da a Karen un volante, “Si va por Tegucigalpa, la esperamos”, le dice a Karen. Se trata de un trabajador y miembro del grupo televangelista, cuyo comercial había visto en la televisión.

            Y sucede, Ramiro encuentra a Karen. No le queda otra que cumplir su promesa, muy kantianamente, según ciertos kantianos sospechosos (sic). “¿De aquí de dónde me agarro?”, pregunta Karen. “De la cintura, más seguro”, afirma Ramiro mientras coloca los brazos de Karen alrededor de su cinturón. Se da un trayecto en el que Karen, por la velocidad (entre otras cosas), va prácticamente abrazada de Ramiro. Una cercanía suficiente y necesaria de los cuerpos. Un encuentro entre opuestos. Ella indígena de rasgos afro y él un chico de aspecto criollo, algo ibérico y caucásico. ¿Qué es lo común? El movimiento atómico de ambos cuerpos, su calor, la materia, la carne, finalmente. He ahí una conexión que puede ser de muchas formas, un juego matérico de probabilidades, y que tiende a una diversidad inconmensurable, un juego matérico de posibilidades.

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