La ciudad en rebeldía II

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¿De qué lado nos pondremos cada uno de nosotros? ¿Qué calle ocuparemos? El tiempo lo dirá. Pero lo que sabemos es que ha llegado el momento, que el sistema no solo está descompuesto y al descubierto, sino que parece incapaz de ninguna otra respuesta que no sea la represión. Por eso nosotros, el pueblo, no tenemos otra opción que luchar por el derecho colectivo a decidir como reconstruir el sistema y con que hechuras. El partido de Wall Street tuvo su oportunidad y ha fracasado miserablemente. La construcción de una alternativa sobre sus ruinas es tanto una oportunidad como una obligación insoslayable que ninguno de nosotros puede ni querría siquiera evitar.

 

David Harvey, Ciudades rebeldes. Del derecho de la ciudad a la revolución urbana. Trad. de Juanmari Madariaga. Madrid, Akal, 2013, p. 235-236.

Comentario: 

Estas ideas me hacen recordar que la ciudad rebelde no implica sino el despliegue de un espíritu de libertad habitando las calles, en el pleno ejercicio o puesta en juego de diversas formas de praxis y de diversas formas de valoración, pues justo en ello –en la diversidad de ambas cosas– se juega precisamente el inevitable derrumbe de la civilización capitalista y la transformación creativa de nuestros modos de producción: la construcción o reconstrucción poética de la ciudad, de la vida civilizada, de nuestra ciudadanía. La ciudad rebelde no niega el valor de la ciudad; por el contrario, lo reconstituye, lo reorganiza, le da otras fuentes, lo vuelve a fundar… Nos permite preguntarnos si efectivamente podemos rescatar una ciudad de los procesos debilitadores de la urbanización neoliberal, reivindicándola para la lucha anticapitalista (Cf. HARVEY, 2013: 219).

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