Sucede que las ciudades efectivamente no son necesariamente el conjunto de sus calles y edificios, que sus paisajes no necesariamente son resultado de unos discursos arquitectónicos basados en la construcción o en la edificación, pues también podemos pensarlas como un complejo tejido de relaciones humanas que con alguna frecuencia prescinden de las grandes edificaciones por razones prácticas o espirituales. La urbanización como paradigma predominante de la civilización es un accidente que suele venir acompañado con una radical fragilización de la vida humana. Las grandes urbes con frecuencia son espacios de producción en serie de la muerte.
Meditaciones vagabundas II
La experiencia de una ciudad depende, en muchos sentidos, de las imágenes que se mueven en nuestra alma y en nuestro cuerpo. Un aroma, un cierto sabor en la punta de la lengua, un pensamiento, un recuerdo, un sueño…
Meditaciones vagabundas I
No hay nada mejor para una filosofía vagabunda que lograr algún tránsito entre las pasiones que arrebatan a una ciudad, para lograr pequeñas fortalezas como sentirse dichoso en la alegría que aún puede habitar en la mirada de otros en medio de la tristeza…