Tratando de elucidar el ¿qué? y el ¿cómo? se enseña filosofía, resalto una pregunta muy particular la cual enuncia el ¿para que?
Dicha cuestión desemboca en un análisis que no deja de lado respuestas como; a investigar, a ser docente, a la divulgación, entre otras actividades que lo académico delimita en el hacer del filosofo.
Pero que sucedería si dentro de esas respuestas uno encontrara cosas como: estar inmerso en los grupos sociales para la toma de decisiones, o, crear un pensamiento crítico, que exponga y cuestione, tanto creencias, como saberes. Parece que estas respuestas rebasan los limites académicos (de alguna manera, sin quedar del todo fuera de ellos), demandando una forma diferente de pensar al filósofo, exigiéndole un compromiso que no solo queda en discusiones puramente ideales, o con poca participación en el ámbito de relaciones sociales cotidianas.
Pero, ¿hasta donde podría tener un alcance esta forma de pensar al filósofo en la actualidad? ¿estas exigencias, que tipos de quehaceres específicos demandaría al filósofo? ¿los filósofos modernos podrían renunciar a sus quehaceres puramente académicos? ¿que beneficios se podrían obtener al pensar al filosofo de esta manera? Tal vez por ahora me sienta incompetente para responder a tales cuestiones, pero no por ello dejo de realizar un experimento mental acerca del quehacer del filósofo.