La construcción hegemónica de saberes (I)

El acomodo de ciertos filósofos, corrientes filosóficas, periodos filosóficos y cualquier tipo de acontecer filosófico, queda ordenado por la Historia de la Filosofía, es ésta quien dicta el orden cronológico y la importancia del acontecer filosófico, poniendo en supremacía cierto pensamiento, por encima de otros, hegemonizando los saberes.

Pensar esto ya parece tener sus pro´s y sus contras, pero para el estudiante de filosofía y el filósofo mismo ¿que importancia tiene el hacerse consciente de esto? Parece irrelevante la cuestión, pero, si nos detenemos por un momento a pensarlo con cuidado, el poder darse cuenta de la actividad que realiza la Historia de la Filosofía, en primera instancia parece intervenir en la forma de pensar del estudiante y del filósofo, parece, a primera instancia, que la Historia de la Filosofía solo nos ofrece formas muy especificas de pensamiento, pensamiento que queda canónico e intocable, donde su ejercicio de critica, no ofrece más que dar una re interpretación a lo ya dicho por estos aconteceres filosóficos canónicos y hegemónicos.

Pero, ¿que relevancia tendría darse cuenta de ello? ¿Derrocar esos pensamientos hegemónicos para después de derrumbarlos, implantar otros? A la segunda cuestión diré, no, a la primera diré, que me parece importante desterrar esos aconteceres marginados que la Historia de la Filosofía paso por alto, para poder ampliar esos aconteceres filosóficos más allá de los saberes hegemónicos que la Historia de la Filosofía nos ofrece. Por ejemplo, A parte de poder estudiar al gran Platón y el nacimiento de la filosofía con él, también poder agregar a nuestro estudio, a Cicerón, o a los Cínicos, o cualquier filosofía que parezca quedar de lado frente a las filosofías hegemonizadas.

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