La investigación de las IMÁGENES e IMAGINACIONES DE LA CULTURA no sólo nos lleva a la construcción de una serie diagnósticos críticos sobre los procesos de FORMACIÓN CULTURAL de las sociedades contemporáneas y sobre los dispositivos de control del poder mediático que éstas han sido capaces de producir, también se trata de hacer posible la investigación sobre todo aquello que nos permite pensar, especialmente si asumimos que las palabras y los discursos, no son las únicas vías para lograr pensamiento. El pensamiento, en este sentido, es una actividad que rebasa por mucho nuestro trabajo discursivo, podemos pensar efectivamente con las células, con la energía que las transita, con los impulsos vitales que conforman todo tipo de corporalidades y corporalizaciones inteligentes. Todas ellas desatan pensamiento imaginante, imaginaciones pensantes, y formas más complejas de un cuerpo vivo, de un cuerpo que desea, que siente, que sueña, que recuerda, que produce fantasías…