DIARIO DE UNA REIKISTA

Antes que nada, asumiremos que el Reiki es una técnica para restaurar la salud de las personas. Cómo técnica, le son inherentes herramientas, procesos y sustituciones de un estado por otro. Además, el tiempo del proceso de sanación es diverso y, esta técnica se caracteriza por responder de acuerdo al cuerpo en el que se aplica. Por lo tanto, asumimos que no es magia, azar, buena suerte o esoterismo, es como cualquier otra técnica, una forma de reflexión con el cuerpo y los estados por los que transita mientras tiene vida. Si lo viéramos con ojos occidentales, es una forma –como muchas de las que existen– de medicina.

Imani Arriaga, 2020.

En la mañana recibí un mensaje: “no me siento bien. Abrí los ojos y en el ojo derecho tengo una mancha negra. No sé que es.” Me asusté, estaba lejos y no podía hacer mucho. Le pedí me diera su permiso para hacer un tratamiento largo de Reiki. Accedió. Nos preparamos, él tenía que estar recostado, sin cruzar manos y pies, con los ojos cerrados y concentrado en su respiración. En mi recámara, yo tenía los Antahkaranas en los pies y la cabeza, puse el marcador del tiempo y el cojín que simularía su cuerpo. Comencé, me concentré, medité y puse todo el amor que siento por él. Terminé. Envíe de inmediato un mensaje de texto para saber cómo se sentía. Me respondió minutos más tarde, pues se había quedado dormido. Su ojo estaba mejor, no había mancha y me pidió que le diera un momento para asimilar lo que había pasado. Días después, fue con la retinóloga que había atendido a mi madre, le dijo que se había desprendido su retina, pero que necesitaba, solamente, láser para restaurar la retina y que estaría bien. Cuando me relató esto por teléfono, yo no lo podía creer, estaba asustada por el desprendimiento y preocupada. Hablamos del tratamiento de Reiki, creímos que había ayudado y no volvimos a tocar el tema.

Estudiar Reiki es un proceso de más o menos cuatro meses. Es ampliamente recomendado estar en un proceso terapéutico durante los estudios, y sobre todo tener la idea firme de que estudias por ti misma, no para ayudar a lxs demás. Hay que aprender las herramientas, la historia, los procedimientos de los tratamientos, los posibles efectos sobre el cuerpo y sobre todo reconocer nuestro propio proceso de sanación. Es un autoconocimiento que genera un bienestar, pero hay que estar abiertas.

Me desperté temprano, estaba emocionada por la primera clase. Realmente no sabía bien a qué me enfrentaba, pero era mi cumpleaños número 30 y me gustó la idea de estudiarlo. Estaba nerviosa, por el día y por la clase. Entré a cuatro horas, en línea del primero de cuatro niveles del sistema Reiki Tántrico Tibetano. Aprendí los primeros pasos, pedir permiso para canalizar reiki, el primer símbolo y lo necesario para llevarlo a cabo en mi cuerpo, primero antes que en otra persona. Y así sería todo, primero mi persona antes que otra. Vaya idea, difícil de asumir.

La palabra Reiki significa energía del universo, se vincula con la observación para provocar cambios en nuestro pensar, sentir y actuar. En este sentido, tampoco es religión. En el año de 1922 Mikao Usui ayunaba en la montaña sagrada de Kurama, y en su proceso se alcanzó el satori (iluminación), que le hizo entender que dentro de él estaba la energía para sanar. En ese mismo año fundó la Usui Reiki Ryoho Gakkai en Aoyama, Tokio para compartir y transmitir la habilidad sanadora de Reiki. Basado en la poesía del emperador Meiji, es que estableció cinco principios para vivir: sólo por hoy vivo una vida tranquila; mantengo la paz en mi mente; agradezco que tengo vida: disfruto toda actividad que realizo; convivo en armonía con las personas que me rodean. En 1927 Chüjirō Hayashi, funda la Hayashi Reiki Kenkyu-kai, donde además de compartir las técnicas, configura las propias en Occidente, y entre sus estudiantes se encontraba la Sra. Hawayo Takata que esparce su aprendizaje por América.

Empezó el bombardeo de ideas nuevas y que tenían una característica simple: responsabilizarme sin culpa de las situaciones de mi vida. Entender que no significa castigarme, echarme la culpa por la enfermedad o cualquier situación y que es un trabajo constante, por lo cual, aún me cuesta trabajo. Saber que responsabilidad no es cargar, es la capacidad de respuesta ante una experiencia, con lo que soy, lo que tengo y lo que puedo. La siguiente fue saber que sigo patrones de pensamiento que me repito sin cesar, y que llegan a atravesar los siete cuerpos que tenemos para enfermar el físico, que es el último. También, que tengo la elección, todo el tiempo, de escoger mis pensamientos, decidir cuales quiero alimentar y cuáles no. Es muy diferente a pensar “positivo” o “negativo” en relación a la situación. Y lo más importante, mi cuerpo es lo primero en lo que recae la conciencia. Avisa, incluso antes de que mi cerebro sepa que pasa algo, por ejemplo, el estómago ya está sintiendo, la piel ya cambia, el corazón y el sistema circulatorio, están actuando y minutos más tarde, o incluso horas, mi cerebro sabe que pasa.

Hibiki es la sensación en las manos que indica el tipo de trabajo de restauración qué hay que llevar a cabo. Es intuición, es una voz interna, entre más calor en el área tratada, más trabajo o hay que canalizar técnicas, entre más frío más trabajo en las emociones, específicamente las que tienen que ver con la tristeza. El Hibiki se puede percibir en las manos (e incluso en todo el cuerpo) como hormigueo, dolor, calor, frío, punzada, golpe o incluso quemazón. La meditación vipassana, es la principal herramienta para aplicar un tratamiento, tanto en la reikista, como en la persona que lo recibe. Mientras que en ambas puede existir Hibiki, la que recibe el Reiki, experimentará ensoñaciones con colores, que indicarán qué tipo de emociones y sentimientos hay que tratar en lo sucesivo. Así mismo, en su proceso de depuración de la energía de baja vibración, pueden ocurrir cambios energéticos en su cuerpo, emoción o mente, de acuerdo a su capacidad de respuesta.

Mi gran amiga sentía un dolor en su vientre, parecía una crisis de colitis. Le ofrecí Reiki en un tratamiento largo. Todo el tiempo, mientras realicé el mismo, sentí un frío intenso. Me sentía insegura, no sabía si ella estaba en la posición adecuada, o si algo estaba pasando. Estábamos trabajando a distancia. Cuando terminamos, ella me escribió de inmediato, me dijo “me la pasé inmóvil y llorando como si se hubiera muerto alguien”. Supe que el frío era el llanto y que el Reiki provocó lo que ella necesitaba para sanar: llorar. Trabajamos un par de veces más y apliqué varias técnicas, aún con poca experiencia, y ella parecía sentirse más segura. Incluso, terminó su relación de más de diez años. Pensé que era una mala noticia, pero ella se sentía tranquila y satisfecha con su decisión.

Imani Arriaga, 2022.

La energía es una realidad, está en movimiento y tiene una forma de medición llamadas hercios. Cuando la energía se mueve lentamente, es porque es sólida. La percibimos, nos es obvio, pero no lo hacemos conscientes, en suma, todo es energía. Los pensamientos, los sentimientos, las emociones, los líquidos son energía. Nosotras tenemos la intención de una vida digna, por ello la energía se canaliza (en ambos cuerpos reikista y persona tratada, por cierto), y se autoconfigura de manera especial para quien la recibe. Reiki circula por los canales energéticos y actúa desvaneciendo cualquier tipo de bloqueo que encuentre a su paso. Sin bloqueos, la energía vital fluye libremente por todos los canales energéticos, recuperando así la vitalidad y la salud. El Reiki fluye instantáneamente con la fuerza e intensidad que necesite quien lo recibe, como señala el primer manual del Colegio Mexicano de Reiki.

Era tanta información, que no sabía qué hacer con ella. Me confundía tanta regla y noción, pero lo más fuerte era mi resistencia a no creer que eso era posible, que tenía que ser necesariamente científico para que yo lo creyera. Claramente, no lo decía, pero lo pensaba cada vez que había clase. Hasta que en una práctica, me apliqué un tratamiento, y fijé la sanación en mis quistes ováricos. Me costó mucho trabajo asumir cuál era el patrón de pensamiento vinculado con lo que estaba viviendo y la enfermedad, pues ahora yo podía responder a eso, ya sabía cómo. Conforme iban pasando los grados de aprendizaje, también noté que iban siendo menos personas, pues ese trabajo de asumir y vincular nuestro cuerpo, con nuestra mente y sentires, es fuerte y requiere mucho trabajo. Terminaba temblando y exhausta cada clase de cuatro o seis horas. Lloraba todos los días, me dolía saber qué podía responder y avivar mi propia vida digna. Topé con la pared, cuando caí en cuenta que una sociedad Capitalista, Colonialista y Patriarcal como en la que vivo, no tiene como objeto la vida y menos la restauración constante de la salud. Sentí que no tenía caso seguir.

Mi hermano y su pareja me pidieron ayuda para sanar a su conejo. Sí, el Reiki se puede aplicar a objetos, personas, animales y plantas. Muy entusiasmada, acepté. Le envié un tratamiento especial y sentí que su vida había terminado. Es muy difícil explicar, había un aire helado sobre las manos, y un fuego en las palmas. Pero sobre todo, el conejo estaba quieto, como si después de tanto sufrimiento, estuviera encontrando paz. Terminé y les avisé. Minutos después falleció y lejos de sentir alivio, sentí culpa. Por mi lado, practicaba sistemáticamente, los auto-tratamientos dos veces al día, mañana y noche. Sentía mejoría, pero era un proceso complicado. Soy poco disciplinada con la meditación, me cuesta mucho trabajo callar la mente. Si pienso durante la meditación, debo repetir en voz alta “estoy consciente que estoy pensando en…” y volver a la meditación. Hice tarjetas para memorizar todo, apuntes y notas, sin embargo, no puedes compartir esa información, pues sólo para las personas que la practican.

Los dieciséis símbolos tienen que ser memorizados para aplicarlos sobre la persona, y repetir tres veces su nombre, en voz baja, además saber en qué Chakra colocarlos. Los Chakras, no se alinean, se limpian para que funcionen correctamente. Son soles que distribuyen la energía en todo el cuerpo, existen más de los siete reconocidos: Chakra raíz o base, Chakra del hara, Chakra del plexo solar, Chakra del Corazón, Chakra de la garganta, Chakra del tercer ojo, y Chakra de la coram que son los principales, pero por ejemplo hay uno en cada dedo de manos y pies, en las orejas, ojos y hombros. La energía es de alta frecuencia (Reiki) o de baja frecuencia (enfermedad) y las personas nos enfermamos por los bloqueos energéticos que se generan en los siete cuerpos, pues la baja frecuencia no sólo disminuye, también ‘ensucia’ los Chakras. El aura, es el primer cuerpo de afuera hacia adentro, el cuerpo espiritual, el segundo, el cuerpo mental, el tercero, el cuerpo astral, el cuarto, el cuerpo etérico, el quinto, el cuerpo emocional, el sexto y el último, es el cuerpo físico, al que la frecuencia baja llega por la insistencia de los patrones de pensamiento o de vibración débil.

Imani Arriaga, 2023.

Hice una lista de lo que había aprendido, y un acordeón, como si fuera a tener un examen; 1. Es motivo de observación cómo resuelvo y con qué emociones, 2. Existen patrones de pensamiento de control, 3. Hago las cosas porque me gustan, yo quiero, me satisfacen y me llenan, no por lo contrario, 4. Es mía la elección del camino hacia el conocimiento, y lo que pasa en ese camino es aprendizaje, 5. Hay pensamientos, emociones, ideas, y acciones que no quieren que se realice un cambio. Se llaman resistencia, nos impiden sentirnos bien. Es mi trabajo identificarlos, 6. Respetar el libre albedrío de lxs otrxs, 7. Preguntarme ¿Cuál es mi motor para hacer, sentir, pensar, ayudar y actuar?, 8. Se trata de hacer las cosas para mí y por y para el otrx, 9. Hacer a un lado el ego para dar Reiki; no sano a nadie, no tengo que pensar en nada. Sólo soy un canal de energía, 10. Si la información no me da tranquilidad, paz y armonía es incorrecta, 11. Nadie tiene la culpa, la culpa se refleja en el dolor corporal, 12. Hacer que pasen cosas no es mi responsabilidad, el Reiki, funciona para darnos cuenta de qué nos falta para actuar en consecuencia y hacer que pasen, pero es trabajo personal, 13. La terapia es un espejo, 14. Cada persona es responsable de su proceso. Comencé a sentirme más y más dudosa, veía contradicciones y sobre todo tenía dudas sobre porqué las personas no viven el Reiki como una herramienta de auto sanación, sino como una identificación esotérica que exprime carteras. Sin embargo, el dinero no es problema para el colegio en el que aprendía, al contrario, nos enseñaron a ganarlo y distribuirlo con amor (entendida como la energía principal de movilización), y a agradecer. Preguntarnos ¿cómo lo he ganado? Es la clave para entender que en el dinero no debe haber sufrimiento. También se puede dar reiki a los medicamentos, para aminorar los efectos secundarios, e incluso a la cama, para descansar. A mis plantas, que tengo muchas, y que hoy crecen haciendo una selva de mi cuarto.

La energía del tratamiento dura siete días en el cuerpo, y para que se aplique Reiki hay que tener las manos mínimo tres minutos sobre la zona de aplicación. Se puede canalizar Reiki con el aliento y algunos golpes en los principales Chakras. Un tratamiento común consiste en la meditación Vipasana, la aplicación de símbolos, veintiún posiciones y la limpieza del campo áurico. Pueden ser más cortos, desde, como dijimos tres minutos hasta dos horas, de acuerdo a lo que se va a tratar.

Los Chakras los imaginé como ventiladores, que esparcen toda la energía en el cuerpo, y que se empolvan de vez en cuando, por lo cual, hay que pasar el trapo por ellos. La primera vez que le di Reiki a mi madre, mezclé las técnicas pues sus Chakras parecían viejos ventiladores, atascados, sucios y llenos de polvo. Me desconcertó, he de confesar que a veces yo misma dudo de mis diagnósticos, sin embargo, al hacer esa mezcla pude ayudar mucho, la siguiente vez lo noté, fue muy drástico el Hibiki. Después de cada tratamiento se queda dormida, y tarda mucho rato en volver a sentirse activa. Después de un tiempo de practicarlo, hice un diario, para ver cómo iba trabajando, para contárselo a alguien, digamos. Pues no es fácil de creer, de ver y de entender.

Los tratamientos comienzan con una entrevista, sobre el tipo de dolor, el área a tratar, dónde se cree que se aloja la enfermedad, si cree que tiene un color, olor, sonido, forma, tamaño, material, peso, textura o vibración que pueda percibir la persona que lo padece. Se plantean las posibles técnicas para la persona tratada. Y se comienza el proceso, se recomienda un espacio en silencio, personal, donde se puedan recostar o sentar. Incluso puede ser un espacio para un tratamiento grupal.

Comencé a ofrecer Reiki a las personas cercanas, como una forma de cariño, de cuidado y de agradecimiento. Mis tíos fueron difíciles, me enteraba de cosas muy complejas de sus vidas y no sabía cómo decirles. El Reiki, te ofrece un amplio panorama para traer al presente y a la consciencia patrones de pensamiento y actitudes que podemos trabajar para cambiar y sanar, pero me encontré que muchas veces no queremos verlos, ni atenderlos. O no tenemos herramientas para afrontarlas, o nuestra actitud es vaga y nada asertiva. Sabía que había depresión o demasiado enojo en alguien, y eso lo podía decir, pero ¿cómo le decía que el patrón de pensamiento era dejar de vivir? Es una enorme responsabilidad hacer canalizar Reiki, va la vida de las personas, o seres vivos, en nuestras manos. Me preguntaba cómo lo harían mis compañeras. El siguiente problema fue, que algunas personas no lo quieren, simplemente, y sé que lxs ayudaría, pero se rehúsan, o bien, piensan que me volví esotérica. Por eso no cuento esto, lo reservo para mi círculo privado y lo ofrezco primordialmente por el amor que siento por la persona.

Imani Arriaga, 2019.

El empleo de cuarzos, Antahkaranas –símbolos energéticos japoneses–, veladoras, música, incienso, cojines, antifaz, plantas, no son modas o performances para hacer más increíble la experiencia. Se necesitan para ayudar al cuerpo a canalizar energía, aumentando la cantidad de energía. Es importante también tener los elementos cerca: agua, tierra, aire y fuego. Y una música especial que ayuda a contabilizar el tiempo de los tratamientos.

Finalmente, hoy sé que es un tema más serio de lo que pensé, que es un trabajo constante. Que el conocimiento del cuerpo es fundamental, y la forma en la que nos observamos no es para convertirse en obsesión o en culpa.

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