En la entrada «Raza» y «racismo» en la obra de Enrique Semo (2) anuncié que además de examinar la manera en que las diferencias raciales fueron racionalizadas en la Nueva España, Semo hablaba también del llamado «sentido profundo» del sistema de relaciones raciales que surgió en la sociedad novohispana. En adelante, expondré acá la manera en que aborda el tema en el apartado «Raza, comunidad, corporación y clase» de su libro México:del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución.
El sentido profundo, la razón de ser del sistema de relaciones raciales y sus estratificaciones era la explotación del trabajo de los nativos. La diferencia de culturas,que se asoció al color de la piel, permitía a los españoles justificar, a ojos de los europeos, la deshumanización y mortandad de sus trabajadores en las colonias. Si los negros e indios en América no tenían los mismos derechos que los campesinos y trabajadores blancos en Europa, era porque pertenecían a una raza inferior. (México:del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución, p. 306)
El hecho de que la función del sistema racial era justificar y reproducir las relaciones de dominio que permitían explotar el trabajo de los considerados inferiores se hace evidente en los eventos o fuerzas que lo amenazaron y las formas mediante las que intentó preservarse la diferencia entre las distintas capas de la sociedad.
En primer lugar, los rasgos físicos no eran un criterio seguro para mantener la división, puesto que el mestizaje los diluía. Así, los españoles y principalmente los criollos, espantados por la proliferación de mestizajes idearon pronto nuevas subdivisiones raciales, categorías que para los mulatos y mestizos marcaron claramente su posición con respeto a los españoles, indios ynegros, las supuestas «razas» fundacionales. Las subdivisiones se hicieron más finas después, moriscos, lobos,castizos, saltapatrás, albinos, etc. fueron algunas de las distintas categorías que se inventaron, en las que más que las características físicas, lo que importaba era el estrato racial al que pertenecían los progenitores de cada individuo (México:del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución., p. 306).
Es evidente que en varios casos había consciencia clara de las ventajas y desventajas de tener ascendencia o descendencia de determinados estratos; había indias, por ejemplo que preferían tener hijos con esclavos negros antes que con otros indios, pues así sus hijos estarían libres de la esclavitud de sus padres, pero también de las obligaciones tributarias de sus madres. Por otro lado, Semo da cuenta de que todavía en el año 1711, el Cabildo de la Ciudad de México escribe al rey que los españoles que se habían mezclado con indias verían a sus descendientes privados de los honores propios de los españoles, pero también de las leyes protectoras que gozaban los indios (México:del antiguo régimen a la modernidad. Reforma y Revolución, p. 307).
El paso de una categoría a otra era posible, pero muy complicado, pues había que falsificar actas de matrimonio e influir sobre sacerdotes con sus propias ideas acerca de del origen racial inscrito en las actas de bautismo. Lograr el estatus de español con limpieza desangre era difícil, costoso y requería una apariencia física con fuertes rasgos blancos. Con todo era posible llegar a ser considerado dentro de un estatus más alto que el que supuestamente correspondía por nacimiento. En el siglo XVIII se registró un impresionante crecimiento estadístico del número de criollos, pero esto no se debió tanto un proceso demográfico natural como ala presión ejercida por numerosos mestizos y mulatos para ser considerados criollos (p. 309).
Si el paso de un estrato a otro era difícil y costoso, ello se debía no sólo a los prejuicios raciales de las personas, sino a la conveniencia de esto para los intereses de los conquistadores. No se podía permitir la desaparición de los estratos bajos, porque ellos constituían la fuerza de trabajo principal de la sociedad colonia.»Como decía un virrey del siglo XVII ‘es seguro que mientras existan los indios, las indias seguirán existiendo'» (p. 308)
Como se ha podido ver, dice Semo, la relación social de dominio racial fue impuesta primero por la guerra, la esclavización y a devastación. Pero después, con la institución de leyes y las prácticas cotidianas de dominio y explotación, llegó a presentarse como una herencia «una condición que precede el nacimiento de cada súbdito, un componente natural del mundo en el cual ve la luz. Las virtudes de la raza dominante y los vicios de la raza dominada aparecen así como rasgos innatos contra los cuales el individuo nada puede» (p. 312-313).
Hay un último aspecto de la propuesta de Semo que es importante resaltar. Se ha dicho que la destrucción del sistema racial era contraria a los intereses de los españoles y de la corona, que tarazón profunda de ser del mismo era la explotación de la mano reobra de los dominados. Esto puede dar la impresión de que el sistema racial se impuso de manera voluntaria y consciente. Sin embargo, el historiador de la economía niega que esto haya sido así, de acuerdo con él:
«La relación social racista no es fruto de la acción consciente de personas o grupos interesados en ella. Surge de una falsa conciencia de los hechos de la Conquista y después, de la sumisión y decadencia del vencido. Las personas que lo predicaban y defendían podían ser más o menos sinceras, igual que los que lo ejercían,pero el interés clasista y anticolonialista estaba presente en ambos por igual» (p. 313).
Ahora que tenemos este breve panorama de la manera en que Semo concibe la manera en que surgieron y se impusieron las relaciones sociales de raza en Nueva España podemos pasar a un análisis un poco más detallado de su propuesta, para ver qué frutos conceptuales podemos extraer de la misma y qué posibles críticas se le pueden hacer.