El papel de la máquina en la fábrica capitalista; consideraciones desde un enfoque económico-filosófico (y genealógico).

La primer versión de este texto data ya de un año aproximadamente, en un comienzo su intención principal era la de ser un ensayo cuyos fines eran netamente la aprobación en una materia determinada. Sin embargo, sucedió que aún después de haber sido evaluado estaba inconforme conmigo mismo; en primer lugar por la manera casi, grosera (por grosera asumiré ciega y dogmática) en la que abordó el tema y hago uso de los conceptos, y en segundo lugar, en lo difuso en que respondí para mi lector, y para mí mismo, la cuestión planteada, ¿Cuál es exactamente la relación del obrero con la máquina en la fábrica y cuáles son sus implicaciones? Sigo sin saberlo exactamente.

Me di a la tarea de profundizar la cuestión, hasta las últimas consecuencias. Todavía estoy en ese proceso, el cual me ha dejado muchas más dudas que en un principio, pero me ha legado, al menos, una estructura y metodología de trabajo que espero me ayude a llegar a mis objetivos planteados.

He divido la presentación de avances de la siguiente manera;
*Primera parte; Recuperación de ciertas definiciones de los conceptos a tratar desde la jerga marxiana
*Segunda parte; la esquematización del problema en el proceso de producción
*Tercera parte; apéndices a la cuestión económica. Una lectura filosófica de la relación máquina-obrero
*Cuarta parte; políticas del cuerpo en las relaciones de producción

Salta pues a la vista las razones de porqué hacer esto, ¿exactamente qué es esto? Bueno, sólo una discusión académica del problema practico de la relación con la fábrica desde el enfoque filosófico, o tal vez sea una primera parte de un ejercicio de la teoría como praxis.
Ahora, procederé a hacer exposición de los conceptos marxianos de los cuales me valdré (Es menester especificar que la base teórica en la cual, mayoritariamente, sostendré todas mis afirmaciones y proposiciones es en «El Capital» Tomo I referente a la Producción de Plusvalía Relativa).

Fabrica;
Es Capital Constante, definido en su especificidad  como todo un sistema complejo de máquinas parciales cuya razón inmediata es el procesamiento de objetos (materias primas) en mercancías. En cuanto a qué es la mercancías he decido adaptar la definición que se da en Capítulo I del Volumen I [1], en torno al debate y especificaciones, generales como particulares sobre el asunto, doy por sentado o en todo caso no me interesa directamente para el desarrollo de este tema.

La fábrica es el lugar en el cual el obrero, asumido como fuerza trabajo simple, se concretiza en transformación de la materia prima. Durante su estancia en la fábrica, el trabajador sirve a la máquina, aprehende las necesidades que ella tiene, y que apelan al diseño como un dispositivo de control, que multiplica el grado de enajenación y explotación para el obrero. Tiene que seguir el mismo movimiento monótono para la producción de sólo un pequeño algo en el complejo proceso productivo (en contraparte con lo que sucede en la manufactura donde los obreros son miembros de un mecanismo vivo y una organización lúcida), convirtiéndose en un apéndice viviente del mecanismo inanimado y semi independiente para el cual es sustituible por cualquier otro hombre capaz de ejecutar una serie de funciones predeterminadas que le fueron programadas para cumplir con éxito el proceso de producción.

Obrero;

En el proceso de producción el obrero es Capital variable. El obrero es el pilar vivo de la producción, carne de cañón en la dialéctica de la fábrica. La definición menos problemática del obrero, la cual quiero rescatar, es de quien no posee los medios de producción durante el proceso productivo y el más desventajoso en las relaciones sociales de producción. Por primera vez en la historia es el oprimido es presentado desde las legislaturas y la economía burguesa como ‘individuo’ que llega libremente al mercado calidad de vendedor de su fuerza de trabajo, la cual alquilara a quien convenga a sus intereses y dicha fuerza de trabajo será comprada por otro individuo, que la empleara en sus medios de producción. El pacto, si se llega a dar, se acuerda entre ambas voluntades, sin trampa o mentira alguna. Pero la diferencia entre el contrato que pacta el capitalista con el obrero es particular con respecto a cualquier otro tipo de relación de producción puesto que el plustrabajo (trabajo no-pagado) y el trabajo necesario para la supervivencia del obrero quedan indistinguibles uno del otro.

La Máquina;

La máquina para la argumentación marxiana es incomprensible la máquina sin todo el contexto histórico que le rodea, y siendo de principal rescate la noción de maquina herramienta, la cual «se ha liberado desde un principio de las barreras orgánicas que restringen al herramienta de un obrero»[2]   Es capital constante, la máquina  entra parcialmente en le proceso de valorización y completamente en el proceso de producción. La definición de máquina es no poco compleja. Considero que esta definición debe irse armando mientras se va avanzando en la argumentación de la problemática. Puesto que no todas las máquinas son iguales, hay algunas muy particulares (y muy eficaces) que producen ideologías; las metamáquinas. Por lo cual me reservo a exponer de lleno todo lo que debo decir, y me conformo con poder mencionar las bases sobre las cuales cimentaré dicha definición.

costureras

 


 [1]K. Marx, El Capital Tomo I Vol I, trad. Pedro Scaron, Ed. Siglo XXI Pp. 3-12

[2]Ibid.  Pp. 435

 

 

 

 


4 comentarios en “El papel de la máquina en la fábrica capitalista; consideraciones desde un enfoque económico-filosófico (y genealógico).

  1. Celebro que te hayas animado a colocar un punto de partida. El tema es incitador de inmediato: «El papel de la máquina en la fábrica capitalista». Me hace darme cuenta, en primer lugar, de la importancia de mantener abierta la posibilidad de una «fábrica no-capitalista» a partir del establecimiento de una mera distinción conceptual y, con base en este hecho, me parece sumamente valioso que justo comiences tus reflexiones filosóficas en este blog con la exhibición y revisión de algunos elementos centrales en la construcción de tu «marco conceptual». Pero, ¿por qué resultó tan importante para ti comenzar con esto? ¿Cuáles son las implicaciones teórico-metodológicas en el diseño de tu proyecto de investigación?

    • Sí, no suena descabellado el plantearse la posibilidad de fábricas alternativas no-capitalista, y sería bastante interesante para mí poder ahondar en esto después. Confieso que este tipo de ‘glosario’ es un primer ejercicio de aplicación de una jerga determinada de mi parte y una introducción general a la misma para lectores no familiarizados con este texto (sobre todo el Marx metaeconómico de ‘El Capital’). Creo que fue un éxito relativo esta entrada, un viejo amigo de luchas, y ahora estudiante de Economía, me hizo el favor de corregir ciertos pleonasmos en mis definiciones, de revisar ciertas problemáticas que paso por alto y que se encuentran en el volumen posterior de la obra, lo cual me permite, ahora que apenas empiezo, rectificar el camino a fin de evitar todo error posible de exposición.

      Sobre porqué quiero empezar desde aquí. Bien, yo pienso que más allá de la discusión de los primeros capítulos de ‘El Capital’ hay que acercarse sobre todo a los capítulos X-XIV (sin desdeñar lo anterior o posterior, ya que todo esta interconectado en su lógica dialéctica) porque es ahí donde se expone el corazón mismo donde se originan las mercancías, las relaciones de poder (y de opresión), el lugar de la enajenación por antonomasia, pero sobre todo donde se originan-o se perfeccionan- las ideologías y hasta los metarrelatos de toda una sociedad.
      Un saludo Rafa, y gracias por comentar

  2. Hace falta desarrollar más los enfoques genealógicos y filosóficos que se mencionan en el titulo (aunque se mencionen en las siguientes 3 partes) falta subdividir en tema principal para tener una mejor comprensión del lector. Hay faltas de ortografía, pero para ser un articulo dedicado a filósofos que aun no están tan centralizados al tema me parece muy explicito.

    • Sí, sentí que aun quedaron muchos cabos sueltos, a veces hasta temas que no puentean entre sí. Pero como borrador creo que cumplió su objetivo principal; el de ser criticado. Confieso que mi lado flaco es la redacción y creo que antes de ‘atascarme’ en estas cuestiones, un curso básico de cómo escribir no vendría mal, al contrario.
      Gracias por tu comentario, Ara 🙂

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