Vivo enfermo de ti…

Vivo enfermo de ti,

vivo contando las horas para abrazar a la Muerte;

vivo con el alma negra, turbia. Doliente

Tú embrujaste el espíritu de un viajero,

Posaste tus ojos en los suyos

lo condenaste a ser errante

entre tumbas de nostalgia y sombras de silencio

Tú no conoces de vergüenza,

Tú eres oasis del asolador Desierto,

eres la tentación de los besos de arena…

eres la sed insaciable del soñador despierto

Haz surcado mi pecho y no te olvido,

haz penetrado todo rincón de mi corazón

donde tú burla hace eco y confunde el sentido

donde todo es explosión

No, no te olvido…

No te olvido, ojos beduinos,

No te olvido, labios del verso infinito

¿Cómo puedo alejarme de la flor más bella

Si ella me recorre noche y día en la cabeza?

Eres la balada más sincera jamás cantada,

Eres el más sagrado de los versos sagrados,

El acto más profano entre los más profanos

Eres avecilla de mil cantos en el Palacio jamás encontrado

Yo cargo con la pena de tu desprecio,

con el desplome de tus miradas esquivas

y el asedio implacable de tus silencios

Te volviste poesía y viento,

Te volviste canto que me enjauló el pecho,

Te volviste cárcel de perfume y fino alabastro

… Te volviste cárcel y yo quiero ser prisionero

Quiero componer versos de mi encierro,

Mistraym[1] de piel tersa y ojos encendidos.

Ciudad de mis delirios,

yo quiero ser tu prisionero y tú me condenas al exilio…    Resultado de imagen para arabe musulman arte

[1] Es la forma en cómo en La Torá se refiere a Egipto. Una traducción más o menos fiel sería “ciudad de la percepción” o “ciudad de lo sensible”

Lamentum No. 2

Me asedian y perturban mi noche,

Atrapado me  tienen y desesperado caigo.

Me besa el rostro y me desgarran el pecho.

Gritan hasta reventarme los oídos:

“Saturnus sol nigrum

Laudate venenum infundere iubet”

 

¡Váyanse!

¡Crux Mihi Dux…!

¡Dejen de perturbar a una oveja descarriada,

demonios que cargan dentro sí el Infierno!

 

***

¡Melancolía!

¡La que me mata desde dentro

y me aleja del que es Uno y Trino!

¿No ves que me arrastran?

¿No ves que han penetrado hasta mis sueños?

***

Atiende mis súplicas

cuando en las Tinieblas ellos se burlen de mí

cuando sus garras despedacen mi pecho,

cuando mi espíritu adolezca

***

Supura mi cuerpo en Bilis Negra

Mis huesos, húmedos, me pesan //

¡Ellos! (¡Míralos!) tocan piano mientras quebrantan mi calma //

¡¡Bestia devorat ossa peccatori!!” gritan soeces,

Y mi alma se angustia… Y mi alma se angustia

 

Lamentum No. 1

 

 

De profundis clamavi ad te, Domine; Domine exaudi vocem meam.
Fiant aures tuae intendentes in vocem deprecationis meae.
***
Me destruyo, te imploro.
Doquiera que voy soy peste.
Doquiera que voy soy desprecio
Cargo en la frente la marca de los impíos,
perdido estoy en la senda oscupoemra
la loba me asedia.

La pantera desgarra mis espaldas
huyo y tiemblo de miedo
en las noches despierto
atormentado en sueños
por símbolos indecifrables y siniestros
***
¡Ayúdame!
El desierto ha sido largo y mi sed no se sacia
¡Ayúdame!
Camino único, Misericordioso, Infinito Divino
***
Yo no merezco. Caigo a toda hora
La debilidad me vence. Soy falso. Hipócrita.
Me arrastro sin fuerzas,
caigo a pedazos, no tengo voluntad [soy gusano]
De la angustia soy preso, miserable preso
Dame tu guía, tu Luz,
que soy vulgo y quiero la senda virtuosa
que soy vulgo y los cerdos devoran vivas las mías vísceras
***
Intra tua vulnera absconde me.
Non permittas me separari a te.
Ab hoste maligno defende me.
In hora mortis meae voca me

Me envenenaste en alma con tus besos…

Me envenenaste el alma con tus besos,

Con tus manos infringiste caricias malditas,

De tus ojos me quedo con la luz que transmitían

Mientras que  de las promesas hago un inventario de mentiras

 

No dejo de quererte,

de suspirar con melodía,

de boicotearme en la caída

No dejo de recordar con presteza,

Lo que debo olvidar sin antelación

 

Exiliado de la patria que me dio tu cuerpo

Hundido en una confusión

Aun peor que la del general francés que asedia Moscú,

Decidido a quemar dentro mío a la Catedral de un amor que se decía infinito

 

Habrás de sentir mi olvido,

Cuando tu piano sienta el frio de Otoño,

Cuando las cortinas dejen de bailar, y tú y yo seamos sólo dos…

Sólo dos, separados. En su respectivo camino

Sentirás mi olvido  cuando en aquella avenida

No haya quien combata tu frío con caricias,

Cuando no haya a quien despedir. A quien besar,en noches,

que anhelan un asalto furibundo de súplica y perdón