Me parece importante precisar los mecanismos bajo los cuales se sostiene la publicación anterior, tales como el título mismo sugiere; las Bestias y las madrigueras, para desembocar posteriormente en la normalización de la violencia dada en los sectores medio-bajo y medio-alto, de la población a la cual pertenezco y dónde se desarrollaron los hechos de la entrada anterior. Ello con el fin primordial de aclarar en qué sentido uso cierta terminología, así como presentar el análisis de carga conceptual que puede aportarnos cada término para una reflexión filosófica. Para ello comenzaré con la identificación y análisis de los distintos tipos de Bestias.
Dado que he comenzado con una cita de Pico Della Mirandola, habrá que aclarar qué entiende tal autor por dicho término en su “Oración por la dignidad del hombre”: la “bestia” es un estrato inferior de la creación y, en el caso del hombre, representa los instintos y pasiones animales adoptados y desarrollados por éste desde su condición de creatura. Es decir, el autor del Discurso sobre la dignidad del hombre parte de una particularidad específica que puede o no, dependiendo de su dominio y uso, aportar un bien utilitario a la sociedad.
La adopción de las pasiones animales una vez que son dominadas y conocidas por el ciudadano, quién se asocia con otros que son capaces de dominar sus bestias, es usado con fines políticos como el ejercicio del poder de una ciudad sobre otra, sea en el caso de la guerra, dónde el sometimiento de un grupo sobre otro dependerá, en cierta medida, de la fuerza y opresión que la ciudad dominante es capaz de ejercer. Claro que para Pico la guerra no depende solamente del ejercicio de la bestialidad como propiedad de un grupo conformado por ciertos individuos, ya que el modelo de ciudadano y de hombre propuesto es aquel que es capaz de dominar, no sólo sus pasiones bestiales, sino también sus virtudes angélicas, como es el caso del ejercicio del intelecto y la contemplación de lo divino como verdad, que da lugar a la Concordia, pudiendo evitar de esta manera la guerra si aquel que es distinto es capaz de moldear sus acciones desde la imitación de los serafines. De ello que el ciudadano tiene la obligación del conocimiento, control y dominio de sus pasiones bestiales.
Pero, analizando la postura de Pico desde un enfoque foucaltiano, la Concordia no es más que otra manera del ejercicio de poder. Para Foucault el poder no está contenido en un solo sector como es el dominante; el oprimido participa también del ejercicio del poder en la medida de que, el tomar el rol del oprimido sumiso permite obtener cierto control sobre el grupo dominante. La opresión dura hasta que el oprimido deja que así sea. Normalmente es necesario que el dispositivo de control establecido por el grupo dominante sea lo suficientemente fuerte para mediante el miedo evitar que el oprimido pueda darse cuenta de que puede invertir el control que lo oprime de alguna manera. Sólo en algunos casos excepcionales, cuando el dispositivo de control tiene una fractura, el miedo se transforma en una angustia que sobrepone instintivamente la supervivencia animal. Una “bestia primitiva” ha aflorado entonces para asegurar el sobrevivir.
Si bien se dice que el ser humano busca su trascendencia como «algo» superior a su animalidad, autores como Ernest Becker señalan que en realidad la trascendencia obedece al instinto más primitivo de supervivencia, solo que ahora evolucionado en un querer trascender o «eclipsar» la muerte. El ser humano ya no busca trascender a través de la heroicidad como los helenos antiguos, ahora traslada el papel del héroe a aquel que cumple con cierto status social y de vida, crea una máscara que refleje su trascendencia a la muerte para ocultar su bestialidad misma y, su máscara de terror a la muerte como todo animal indefenso ante un mundo amenazante que puede colapsar en cualquier momento.
La Concordia se logra solo sí ambas partes se mueven en un entendimiento mutuo como parte de una misma creación, logrando unificar las diferencias de pensamiento bajo el supuesto de que todos tienen algo útil que aportar a la Ciudad se cual fuere su credo. Pero bajo el contexto medieval-renacentista donde se ubica Pico, y, aún bajo nuestro contexto actual, esto no es más que la idea de Utopia que la ciudad toma como modelo para guiarse moralmente, tratando de evitar la muerte que se daría bajo la imposición de conciencias desde la bestia primitiva, es decir, logrando un pacto social de convivencia-supervivencia.
Entonces, ¿la bestia primitiva es la bestia angustiada que intenta sobrevivir a toda costa?
¿la bestia primitiva puede ser considerada como una más del clan de los diferentes que por su diferencia generan miedo?
¿cómo hacemos que las bestias primitivas se vuelvan monstruosas construcciones sociales?
Primero, claro que la bestia primitiva busca su supervivencia a toda costa, es, en gran parte el instinto animal que obedece al mero hecho de existir por encima de aquello que venga o le afecte, es lo más primitivo de animalidad que conservamos. La idea de la trascendencia llega luego de la reflexión, el pensamiento y siglos de desarrollo, el se r humano busca una justificación a su supervivencia desde la máscara de lo racional.
Respecto a lo segundo, creo que no es que pertenezca al clan de los diferentes, a fin de cuentas es la base que constituye a cada ser humano en cuanto a que seguimos siendo animales, solo que es ocultada y silenciada por mostrar la agresividad de algo tan básico como lo es el instinto de sobrevivir. Es cierto que genera miedo, pero no por ser distinta, sino porque tras llegar a un límite que pueda romper con la máscara de la razón u otro tipo de máscaras, deja al desnudo aquello de lo cual somos capaces de hacer por el mero reflejo de conservar la existencia, y que, por más justificación que se busque ante un acto de tal magnitud, sigue apelando a algo tan primitivo que supuestamente el ser humano ha buscado erradicar, o por lo menos ocultar desde la vida en sociedad.
Respecto a lo tercero. Eso es un tema que me gustaría tratar más adelante, ya no es hablar sobre la bestia primitiva, sino sobre una «Bestia» en especifico; sistemas sociales que quieren resaltar cierto tipo de trascendencia – supervivencia mostrando ciertas líneas de comportamiento a seguir, y cómo lo que muestran en un primer momento como manera de trascendencia, puede volverse un sistema de represión a las bestias con «b» minúscula, al considerarlas como la fuente del mal en una sociedad, es el ocultamiento y represión de una naturaleza que puede aprovecharse no solo para sobrevivir, sino para entablar relaciones de vida. Pero para llegar a eso aún tengo que definir el resto de bestias menores, pasar por un análisis de las máscaras (incluyendo a la razón entre éstas) y la Mascarada como el desarrollo del vivir, para luego llegar a las Bestias, que serian ahora si las construcciones sociales. Con calma y nos la amanecemos.
¡Qué interesantes distinciones conceptuales estás construyendo! Estaré al pendiente de la evolución de éstas y el desarrollo de las reflexiones teóricas que generes a partir de ellas. Pero no perderé la ocasión para comentar dos cosas. En primer lugar, me haces recordar que muchas de las bestias del complejo imaginario del mundo antiguo eran, en principio, meras representaciones de las fuerzas titánicas de la naturaleza y, en esa medida, eran considerados como seres esencialmente distintos a los seres humanos; después se fueron convirtiendo en representaciones simbólicas de las fuerzas naturales que atraviesan a los seres humanos deformándolos, transfigurándolos, haciéndolos algo distinto a la humanidad, sin perder su semejanza. ¿Cómo crees que funcionaban estas figuras de bestialidad como dispositivos morales de control político? ¿Cómo funciona el efecto de poder de la Esfinge, de Medusa o las bestias marinas o del bosque, del Minotauro o de los Cíclopes? Por otro lado, en segundo lugar, me hacer recordar la idea de los «bestiarios medievales» y me pregunto si te parece que cumplan alguna función de poder o de «saber-poder».
Gracias por el comentario. No había pensado n las bestias del mundo antiguo como dispositivos de control político. A lo más me parecía que funcionaba como una especie de control moral sobre la población: el no tentar a las fuerzas divinas de la naturaleza so riesgo de perder la humanidad civilizadora y ser excluído de la comunidad a la cual se pertenece. Creo que es tema bastante interesante que necesito investigar más a fondo.
Aunque el sentido de ésta entraba es el de reducir a la bestia primitiva como el primer impulso que como animales tenemos para sobrevivir al medio, creo que su comentario me parece bastante acertado en lo que sería la siguiente entrada qe consiste en analizar las «bestias de los bosques», dónde se incluyen aquellas bestias ya reconocidas por las culturas antiguas como partes integrales del hombre, pero que tienen que mantenerse alejadas en los bosques, fuera de la ciudad y de los muros, y solo retomarse como liberación de la razón para evitar tragedias en la ciudad. Creo que es un tema que incluiré en mi investigación más a fondo de las entradas en el blog.