¿Cómo podría mentirte?
Y decirte que aún puedo dormir.
¿De qué manera? cuando a mis ojos les pesan los sueños
desde aquel día en qué se cruzaron con tu alma
encerrada tras el velo del otoño
que guarda tras el velo la más bella primavera.
Si tu sonrisa me lleva a los verdes prados
en donde mi alma reposa fuera de la vigilia.
¿Cómo reinventarme el Universo?
si se me hace presente en tus palabras
que me queman los adentros,
que maduran mis pensamientos.
Ya no puedo sucumbir al infierno de la Ciudad
cuando reinvento el Paraíso a tu lado,
cuando los seres mágicos habitan el entorno
mientras que al tono de flautas y cuerdas
se abre el Cielo a mi alma.
Y, cobardemente desde líneas,
mientras llueve y contemplo desde la ventana,
suelo refugiarme en el frío y la oscuridad nocturna.
Tras la Luna y con palabras flotando en el Universo
vivo entre vigilia y sueños,
esperando de nuevo el Paraíso.
Sin poder prometerte lo que los enfermos llaman eterno,
pero disfrutando cada momento en el Paraíso
y anhelando el Cielo desde el infierno
de un corazón que no reposa ni se aquieta.
Y que desea la vida a cada momento
mientras mi mente juega al oficio
del pseudo-poeta que no sabe más que sentir
muriendo cada noche cuando le llega el sueño.